miércoles, 4 de noviembre de 2009

acaso una línea oscura










En nuestro programa de radio del día 5 de noviembre de 2009 hablamos entre otras cosas de los siguientes libros. Ésta es una pequeña muestra de lo que nos han enseñado







Comenzamos con Bolaño. Citas de Una novelita lumpen:




"Cuando desperté mi hermano dormía en su sillón y en la pantalla sólo se veía un mar gris, rayas grises y negras, como si una tormenta se acercara a Roma y sólo yo fuera capaz de verla"




"Todo es difícil de relatar, ya lo he dicho. Lo que sucedió, lo que sentí, lo que vi. Lo que pudo suceder, lo que pude ver y lo que pude sentir. Lo que sintió él no lo sé, no lo sabré nunca"




"Esa noche, después de tanto tiempo, la noche fue de verdad, oscura y frágil y ribeteada de miedos, y todos los que permanecimos despiertos aquella noche fuimos seres débiles, cansados, con ganas de contemplar otra vez el amanecer, la vacilante claridad de la piazza Sonnino"




Nuestra siguiente obra fue El capitalismo funeral de Vicente Verdú




¿Qué pesadilla? La pesadilla del cumplimiento del Caos y, simultáneamente, la pesadilla de que no llegue a cumplirse de una maldita vez"




"El scuppy es una mezcla del hippie y el yuppie que ha adquirido conciencia de la menesterosidad y el desamparo de gran parte del mundo y de cuyo incómodo trata de librarse a través de ocasionales contribuciones profesionales"




"El sentido común, el pensamiento común, el juicio de la muchedumbre, ha pasado no ya a ser la antigua materia prima de la emisión sino, a menudo, su producto número uno"




Seguimos con Alain Finkielkraut y La humanidad perdida




"Al cabo del desencanto, la igualdad imaginaria ha abolido la fantasía de la desigualdad entre los hombres, y la idea oculta, introducida como un gusano en la fruta de la sociedad de órdenes, se ha convertido, en el seno de la sociedad de los individuos, en la evidencia intelectual y en la idea evidente de todos y de cualquiera"




"Lo que ha aprendido de su propia desolación es que ningún particularismo estaba legitimado para reivindicar la totalidad de su ser, pero también, e indisolublemente, que había que tener un terruño propio para no tener que necesitarlo"




"En la era de la ideología, creíamos saberlo todo; en la era de la beneficiencia, no queremos saber nada"